El lanzamiento fue manifestado a través de un comunicado y bajo el lema «La Deuda Es Con Nosotras».
En comunicación telefónica con Glenda Henze, referente de la Corriente Clasista Combativa (CCC), nos comentó en que consiste esta Secretaría de Mujeres y Diversidades de la UTEP y sus sensaciones de cara al próximo 9 de marzo.
«Para nosotras, cada uno de los espacios que se conformen de lucha, son necesarios que existan espacios específicos para tratar y abordar los problemas de las mujeres y las diversidades», nos comentó Glenda acerca del espacio que se está lanzando hoy. Además agregó: «En lo que va de marzo han habido mas femicidios que días».
Por otro lado, también se manifestó esperanzada con respecto a los dichos del presidente Alberto Fernández en relación a la legalización del aborto y manifestó algunos de los pedidos de las mujeres de la UTEP de cara al 8 y 9 de marzo: «Vamos a plantear la necesidad de las mujeres que están en condiciones de consumo, que la problemática también sea abordada desde una perspectiva de Género. También vamos a plantear que las mujeres necesitamos cobrar por igual trabajo, igual salario» y cerró: «También reclamaremos por las tareas de cuidado que consideramos son trabajo no remunerado y tenemos expectativas también que en este periodo podamos avanzar en leyes y en el reconocimiento de esta tarea«.
A continuación el comunicado completo:
¡LA DEUDA ES CON NOSOTRAS!
En el marco del Paro Internacional del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, estamos muy orgullosas de lanzar la Secretaría de Mujeres y Diversidad de la UTEP, ya que en la Economía Popular, por lo menos la mitad, somos mujeres.
Somos las que tuvimos que salir a trabajar con nuestres hijes a cuestas y bancarnos miradas de indignación mientras rompíamos una bolsa de basura, las que tuvimos que abrir el patio de nuestra casa para que pibes del barrio tomen la merienda y levantar ollas populares -porque no tenemos a quién hacerle una huelga- para poder comer. Venimos construyendo desde abajo un feminismo popular y no queremos más que otres hablen por nosotras.
Venimos de organizaciones distintas, a veces transitamos caminos diferentes, pero supimos construir en unidad y formar nuestro sindicato. Peleamos junto a nuestros compañeros por hacerle entender a la sociedad que el trabajo que supimos conseguir en las cooperativas, en los talleres de costura o las ferias, en comedores y merenderos, reciclando basura o cultivando en el campo, requiere un salario social. Que no somos desocupados, que estamos muy ocupadas, pero nos faltan derechos laborales y reconocimiento. También luchamos juntas por acceso a la tierra y techo digno, y sabemos que esa lucha es cruel y es mucha.
La Secretaría de Mujeres y Diversidad contiene todo nuestro mundo: a las villeras, las campesinas, las travas, las tortas, las migrantes, las discapacitadas, las privadas de la libertad, a las últimas en la fila, a todas y a todes.
Desde la UTEP vamos a luchar por el reconocimiento de las tareas de cuidado, esa segunda y a veces tercera jornada laboral que afrontamos. También vamos a pelear por más jardines en los barrios populares, acordes a nuestros horarios laborales, para poder trabajar tranquilas.
Para terminar con la violencia de género necesitamos políticas públicas, ya que sin apoyo del Estado nuestro esfuerzo no es más que un granito de arena en la desgracia. Por eso decimos que la deuda es con nosotras. La timba financiera del macrismo hizo más ricos a los ricos y nos cargó con una enorme deuda externa. Por eso salimos a la calle para decir que el FMI y los Estados Unidos pueden esperar, y que la deuda debe ser investigada. Las víctimas de violencia no pueden esperar, porque las estadísticas confirman que la espera se transforma en muerte.
Estamos hace años discutiendo en asambleas qué respuestas concretas debemos impulsar. Hay muchas razones que explican la violencia machista, pero nosotras nos concentramos en 3 cuestiones:
1: Un subsidio para que las víctimas de violencia machista puedan cortar la dependencia económica.
2: El reconocimiento del trabajo de las promotoras en prevención de la violencia y promoción de derechos.
3: Una red de Casas sin Violencia y asistencia profesional en los barrios populares.
Todo esto lo escribimos en una ley que presentamos en el Congreso de la Nación el año pasado. Le pedimos a quienes legislan que la discutan, que la modifiquen si es necesario, pero que hagamos algo, porque así, no se aguanta más.
¡Sin tierra, techo y trabajo, no hay Ni una menos!