Las ventas en shoppings caen 1,9% y confirman el deterioro del consumo masivo en Argentina

El dato refleja la pérdida de poder adquisitivo y el repliegue del consumo hacia bienes esenciales en todo el país.
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El consumo en la Argentina volvió a mostrar señales de enfriamiento. De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), las ventas en shoppings y centros comerciales cayeron 1,9% en agosto en comparación con el mismo mes del año anterior, reflejando el deterioro sostenido del poder adquisitivo de las familias y el repliegue del consumo hacia bienes esenciales. Este retroceso confirma que el gasto destinado a rubros como indumentaria, calzado y electrónica continúa en baja, afectando a un sector que históricamente ha funcionado como termómetro de la economía urbana y del consumo de clase media.

El informe indica que la disminución fue más pronunciada en los centros comerciales del interior del país, donde el flujo de visitantes y las ventas por ticket promedio se redujeron notablemente. En la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, en tanto, el descenso fue más leve, aunque se mantiene la tendencia a la baja en la compra de bienes durables y productos de mayor valor. Los electrónicos y la indumentaria fueron los rubros más afectados, con caídas interanuales superiores al promedio general, mientras que algunos segmentos vinculados a la gastronomía y el entretenimiento lograron sostener un nivel de ventas estable gracias a promociones y descuentos especiales.

El consumo en supermercados, otro de los indicadores relevados por el Indec, también mostró un comportamiento negativo, con una caída del 0,2% en agosto respecto de julio, encadenando cinco meses consecutivos de bajas. Si bien en la comparación interanual hubo un leve aumento del 0,3%, el nivel general de ventas sigue siendo uno de los más bajos desde diciembre pasado. Los rubros que mostraron un leve repunte fueron carnes, panadería e indumentaria, mientras que los productos electrónicos, frutas y verduras y los artículos de limpieza continuaron en retroceso.

La fragilidad del consumo no sólo se percibe en los supermercados, sino también en los autoservicios mayoristas, donde las ventas aumentaron apenas 1% mensual, luego de cuatro caídas consecutivas. Sin embargo, en términos interanuales, el desplome alcanza el 8,4%, mostrando que la reactivación aún está lejos de consolidarse.

Un aspecto relevante que destaca el informe del Indec es el cambio en los hábitos de pago de los consumidores. El uso del efectivo continúa cayendo, mientras crecen las operaciones mediante transferencias y códigos QR, que ya representan el 13,3% del total de las transacciones, igualando prácticamente la participación del dinero físico. Las tarjetas de crédito y débito también retrocedieron, evidenciando un ajuste generalizado del consumo y una mayor digitalización de las operaciones cotidianas.

Los analistas señalan que el comportamiento de los shoppings resume el estado del consumo urbano: una menor frecuencia de compra, tickets promedio más bajos y un público que prioriza descuentos o eventos puntuales antes que el consumo espontáneo. La inflación persistente, la caída real de los salarios y el endeudamiento de los hogares explican buena parte de esta contracción, que afecta tanto a las grandes cadenas como a los locales medianos y pequeños.

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