Nos comunicamos con Lito Borello, secretario de Derechos Humanos en la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular. Conversamos sobre la necesidad de generar un ingreso universal para los y las trabajadoras de la economía popular, a partir de la lectura que se viene haciendo sobre la situación actual, fruto de una historia de vulneraciones.
Lito señala la necesidad de hacer una análisis complejo de por qué hoy se vuelve necesario garantizar este piso de ingresos para un pueblo fuertemente golpeado por las consecuencias de la pandemia y de una crisis estructural:
“No hay dudas de la urgencia de una herramienta como esta. Yo me quiero referir a que si esto es así, es porque hay un sector hegemónico a nivel mundial que provoca estas desigualdades, genera estas asimetrías, que en las últimas décadas se han tornado de carácter insoportable.”
Asimetrías y desigualdades que, señala, son fruto de un capitalismo global salvaje, depredador, financiero, extractivista que pone en riesgo a la humanidad y a la existencia del propio plantea.
Ante esto, plantea, como lo señala el Papa Francisco, los movimientos populares se consolidan como sujetos de transformación de estas condiciones de vida, desde la organización y la creatividad:
“Estamos llamados a ser sujetos de transformación, y al mismo tiempo tenemos que pensar en la construcción de otro mundo posible, donde quepan muchos mundos y donde nuestra patria y nuestro pueblo puedan ser libres y felices.”
La reinvención del sistema global es de carácter urgente, señala: “Algunos se preocupan y empiezan a ponerle palabras al capitalismo, hagamos un capitalismo más humano, más bueno. La verdad es que este sistema ha demostrado que ya no hay manera.”
Reflexiona sobre estos tiempos que han posibilitado dar discusiones profundas para reinventarse y para desarrollar la creatividad: “ A partir de nuestras fallas hay que pensar sistemas alternativos que posibiliten un desarrollo digno, humano y a la vez que cuide al medio ambiente.”
Tiempos también de transformaciones, de transiciones y de movimiento, plantea:
“Estamos viendo algo que no termina de morir y algo que está naciendo, tenemos el desafío de pelear por reivindicaciones de carácter urgente como nuestro sujeto social lo demanda y expresa. Pero también tenemos el desafío de plantearnos otro mundo más vivible, que permita que nuestros pibes y pibas tengan un futuro digno.”
Es en este contexto, señala, los movimientos populares tienen la oportunidad de demostrar la salida que han sabido construir desde la organización, y esta tiene como eje central, el desarrollo y fortalecimiento del trabajo, de un trabajo que emerge y se crea desde abajo y con los y las de al lado.
Este sistema del trabajo está cambiando, plantea, y es necesario que incorpore las lógicas de la economía popular: “no hay manera de pensar la salida si no se incorpora integralmente a la economía popular, y en eso tenemos gran desafío”.
Incorporar estas lógicas implica tomar como pilares a la solidaridad y a la soberanía, valores que han sabido sostener los sectores populares en el medio de una crisis sin precedentes:
“Lejos de una mirada apocalíptica nos pone muy contentos que haya un universo tan grande que en medio de la pandemia, haya hecho emblemas de solidaridad y fraternidad, para pensar la producción de una patria que genere el ejercicio de la soberanía y cree condiciones para un pueblo feliz.”
Por otro lado, hace referencia a la relevancia de poder garantizar una redistribución de los ingresos que permita poner punto final a una economía que enriquece de manera desmedida a unos pocos, a costa del sufrimiento y el hambre de las mayorías argentinas:
“Hay que meterles la mano a quienes tienen la plata. Hace décadas que lo único que hacen es sacar del margen a los nuestros y enriquecerse con fortunas insospechadas. Hacen falta medidas urgentes y drásticas. No puede ser que un puñado de poderosos que no tiene corazon que no se conmueven ante el dolor y la muerte, sigan sin poner un peso”.
Si del esfuerzo de todas las partes se trata, los sectores que se han enriquecido deben poner su parte en esta crisis, señala, ya que desde los sectores populares vienen haciendo esfuerzos inconcebibles para salir adelante:
“Nosotros estamos en la primer línea del combate desde el primer dia, heroicamente poniendo de pie merenderos y comedores, y eso nos enorgullese, nos sentimos orgullosos de ser parte del pueblo que desde el subsuelo de la patria saca lo mejor de sí para salir adelante.”
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