Como todos los martes, el periodista Mariano Saravia nos ofrece su columna de política internacional. En esta oportunidad, aludió a la Cumbre del G20 y al posicionamiento de Javier Milei.
*Por Mariano Saravia para Radio Comunitaria La Ranchada
La Cumbre del G20 en Brasil fue un escenario en el que Javier Milei volvió a hacer su show. Volvió a marcar diferencias con todo el mundo, pero donde la centralidad estuvo ocupada por Lula da Silva, el presidente de Brasil, que impuso su agenda de criticar las las guerras, la inversión en armas, la preocupación por el cambio climático, algo que también niega Javier Milei, la Alianza Global contra el Hambre, una iniciativa que tiene el apoyo de 82 países y que intenta llamar la atención sobre la situación de 733 millones de personas en el mundo que sufren hambre hoy.
Finalmente Javier Milei viajó a la cumbre, firmó el documento que había dicho que no iba a firmar; pero lo hizo en disidencia diciendo que la Argentina piensa terminar con estos flagelos de la pobreza y del hambre con la desregulación del mercado y con la eliminación del Estado. Algo que va en contravía de todo lo que dijeron los otros países y, sobre todo, teniendo en cuenta que la Argentina tiene hoy el 54% de pobres.
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El que le contestó directamente a Milei fue Gabriel Boric, el presidente de Chile, que le dijo que en Chile por lo menos el neoliberalismo lo único que había producido era más pobreza y más hambre.
Otro tema que estuvo sobre la mesa fue la tributación progresiva para los más ricos, y sobre todo un impuesto para los súper ricos del mundo: son 3.300 multimillonarios a los cuales, si se les cobrará un 2% de sus fortunas anualmente, se podrían recaudar entre 200 y 250.000 millones de dólares para el combate contra el hambre.
Mucho más no hubo en la Cumbre de Brasil del G20, muchas palabras, buenas intenciones, como siempre no muchos compromisos, pero la escena estuvo centralizada en el hambre, la lucha contra la fuga de divisas, la evasión de impuestos y el gran gasto en armas.
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