Desde los movimientos feministas, así como desde los y las trabajadoras de la economía popular, vienen manifestando la necesidad de que los trabajos de cuidado sean reconocidos como tales.
“Eso que llaman amor, es trabajo no pago” es la consigna que reúne un pliego de reivindicaciones que buscan transformar las desigualdades históricas entre hombres, mujeres y diversidades que imposibilitan el acceso a derechos.
Las trabajadoras de la economía popular vienen históricamente sosteniendo diferentes trabajos en sus barrios que pone el foco en el cuidado de la vida. En estos últimos meses, en los que se incrementaron las problemáticas socio económicas y sanitarias, las compañeras han re-organizado los esfuerzos para poder dar respuesta a las crecientes demandas en los sectores populares.
Merenderos, comedores, acompañamiento a los y las adultas mayores, acompañamiento a mujeres víctimas de violencia de género, confección de elementos para la prevención del COVID-19, entre muchos otros, son los trabajos que vienen sosteniendo en su gran mayoría mujeres, vecinas, trabajadoras de la economía popular.
Es hora, plantean, de que estas tareas se reconozcan simbólica institucional y materialmente por parte del Estado y que se piensen políticas públicas integrales que pongan el eje en la generación de trabajo y el pleno reconocimiento de los derechos de las trabajadoras.
Para conversar sobre esto nos comunicamos con Soledad Bustamante, referente de la Asociación Civil I.V.A.N.A, en barrio 23 de abril, del Movimiento Carlos Mugica. En este espacio sostienen un merendero y un comedor de lunes a viernes que alimenta a más de 300 familias del barrio.
Nos cuenta los trabajos que sostienen en su mayoría las mujeres del espacio: “Trabajamos en el comedor comunitario, abasteciendo a más de 220 personas con las viandas, se multiplicaron las porciones, más los bolsones que entregamos a los abuelos. También tenemos el merendero que en el relevamiento de febrero contábamos con 60 niños y hoy son 120”
Soledad comenta sobre el incremento en la demanda alimentaria en estos tiempos críticos, y las dificultades que encuentran para conseguir los recursos necesarios que permitan ayudar a los cada vez más vecinos que lo necesitan.
“Son cada vez más personas las que van a buscar su vianda todos los días. La institución trabaja con el merendero y el comedor de lunes a viernes. A veces se nos hace difícil por los pocos recursos que hay para paliar todo esto.”
Señala, sin embargo, que se sigue sosteniendo gracias al esfuerzo de las compañeras que le ponen el cuerpo y corazón al trabajo para que los y las vecinas no se queden sin comer, y también a quienes colaboran solidariamente con recursos y alimentos.
Concluye: “Igualmente lo vamos sobrellevando, la ayuda está, la voluntad está, tratamos entre todos de acompañarnos.”
También, estuvimos en comunicación con Silvia Maldonado, quien es integrante del Movimiento Evita en la casa comunitaria de Barrio Maldonado.
Comentó sobre el trabajo que llevan adelante en particular las mujeres del Movimiento, hoy esencial para sostener la vida comunitaria: «El trabajo nuestro es trabajo de cuidado, el trabajo de servicio, sociocomunitario. Somos las que estamos en la calle, las que le estamos poniendo el cuerpo a la pandemia”
Hace referencia a las modificaciones que hicieron en los espacios barriales, dada la urgencia del contexto: “ya no es solamente sostener los merenderos, comedores y roperos comunitarios, las consejerías, todo lo que veníamos haciendo. En esta lucha de hace 115 dia, no estamos haciendo ni más ni menos que cuidando la vida, desde el compromiso y la responsabilidad que nuestras barriadas se merecen.”
Además señala la necesidad de que este gran trabajo pueda ser reconocido como tal: “Nuestra lucha ahora es la de lograr el reconocimiento, poder levantar la frase de que nuestro trabajo no es amor, es un trabajo. Queremos luchar para que tengamos un reconocimiento material, hasta que la Ley Ramona salga.”
Concluye con una reflexión sobre la relevancia que cobró el movimiento feminista en estos tiempos, de la mano de los y las trabajadoras de la economía popular:
“Se ha construido un feminismo arrasador y abrasador que nos mantiene como protagonistas de la apertura de nuevos caminos. Queremos que sean hacia un estado y a instituciones igualitarias. Un estado de derecho que no es ni más ni menos que el mensaje de Evita: donde existe una necesidad, existe un derecho y nosotras queremos ser el reflejo de eso.”
Podes escuchar ambas notas aca: