En diálogo con La Despensa, Galán remarcó que muchas veces esta fecha pasa desapercibida, pero que debería estar más presente que nunca. “Fijate el nombre: libertad latinoamericana. ¿Por qué se lo vincula así? Porque Güemes no solo gobernó Salta, sino también una región que incluía parte de lo que hoy es Bolivia. En ese momento, las fronteras no eran las que tenemos hoy. Era un líder político-militar con una mirada regional”, explicó.
El director de La Ranchada recordó además que muchos de los patriotas fueron figuras con una perspectiva latinoamericana concreta. “San Martín cruzó la cordillera junto a O’Higgins para liberar Chile y después fue protector del Perú. No eran líderes nacionales, eran libertadores de América”, señaló.
Sobre la figura de Güemes, Galán subrayó su compromiso militar y político. “Fue el único de nuestros héroes que murió en combate, con apenas 38 años. Fue traicionado por la oligarquía salteña y murió después de diez días de agonía, tras recibir un balazo en la pierna durante una batalla”, detalló.
También cuestionó la imagen distorsionada que ciertos sectores de la historia oficial construyeron sobre él: “Se lo ha querido mostrar como un gaucho autoritario y bruto, en la línea de esa idea de civilización o barbarie que impuso Sarmiento. Pero en realidad fue un avanzado socialmente”.
Galán explicó que Güemes no solo lideró un ejército popular, sino que también llevó adelante políticas activas de integración de pueblos originarios, una temprana reforma agraria y medidas igualitarias. “A los pueblos originarios les dio tierras, los integró, les reconoció derechos. Abolió prácticas discriminatorias como obligar a los collas a bajarse de la vereda. Gobernó con perspectiva de género: cuando iba al frente de batalla, su hermana quedaba a cargo del gobierno. Confiaba en ella plenamente”, resaltó.
En ese marco, comparó su figura con el contexto actual: “Milei es la contracara de Güemes. Mientras Güemes distribuía tierra, defendía la patria y trabajaba por la integración latinoamericana, el gobierno actual profundiza la desigualdad, se entrega al FMI y le pregunta a Trump o a Netanyahu qué hacer, en lugar de mirar a nuestros países hermanos de la región”.
Para Galán, recuperar el ejemplo de Güemes no es un acto nostálgico, sino una necesidad política del presente. “Pensar en Güemes es inspirarse en nuestra historia para construir un presente de mayor igualdad. Todo lo que él defendió —la soberanía, la justicia social, el protagonismo de los pueblos— sigue siendo urgente hoy para construir una alternativa”, concluyó.
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