Marco Galán: “Hay que cuidar el espacio público, pero primero la vida, el trabajo y la dignidad”

El presidente de la Mutual Carlos Mugica y director de Radio La Ranchada, cuestionó el enfoque punitivista del nuevo Código de Convivencia que se debate en la Legislatura de Córdoba y advirtió sobre la falta de alternativas reales para las personas que hoy sobreviven en la informalidad.
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En una columna en La Despensa, Galán se mostró sorprendido por el momento elegido para impulsar la reforma. “Cuando uno habla de código de convivencia piensa en cómo regulamos la vida entre vecinos, los derechos y las obligaciones en el marco de cómo queremos vivir en sociedad. Hacerlo así, a esta altura del año, llama la atención”, señaló.

El dirigente recordó que la discusión sobre el uso del espacio público no es nueva, pero remarcó que ahora se incorporan cuestiones vinculadas directamente a la pobreza. “Se han sumado temas que tienen que ver con manifestaciones o expresiones de la pobreza, en un contexto donde aumentó la pérdida de puestos de trabajo y de ingresos”, afirmó, y citó datos oficiales que indican la pérdida de alrededor de 250 mil empleos en el país.

Galán sostuvo que el crecimiento de la pobreza trae aparejado un aumento de personas que buscan subsistir en la calle, ya sea pidiendo, limpiando vidrios o cuidando autos, y advirtió que también crecen el consumo problemático y la delincuencia. “La pregunta es qué hacer frente a eso”, planteó.

Sobre los artículos más polémicos del proyecto, señaló que “prohíben el trabajo de personas no autorizadas para cuidar coches” y también el de los limpiavidrios, y advirtió que existe una demanda social por cierto orden en el espacio público. “La gente quiere transitar sin que le limpien el parabrisas, ir a una cancha sin que le cobren estacionamiento de prepo. Esa demanda existe y es indiscutible”, reconoció.

Sin embargo, cuestionó que la respuesta sea únicamente punitiva. “La pregunta es si esto se resuelve solo con sanciones. Ahí es donde aparecen artículos que parecen casi provocadores”, dijo, y puso como ejemplo las restricciones al uso de motos: “Si la moto está habilitada para dos personas, ¿por qué no podrías llevar a un amigo con el que trabajás? Si se sanciona como está, le quitarían la moto a ese vecino”.

Galán expresó su preocupación por lo que consideró un retroceso en materia de derechos. “Da la impresión de que nos lleva a etapas previas a leyes que fueron grandes conquistas, como la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes, y nos acerca a miradas tutelares del Estado”, afirmó.

En ese sentido, remarcó la ausencia de políticas complementarias. “Si en paralelo se dijera que se abre una oficina de empleo, un seguro de capacitación, alguna alternativa para contener a miles de personas, uno diría que estamos regulando pero también ofreciendo una salida. Eso no se está viendo”, sostuvo. Como antecedente, se recordó la remodelación del Parque Las Heras, donde se ofrecieron alternativas a los feriantes que trabajaban en el lugar.

Para Galán, el debate no debe plantearse como una disyuntiva. “No es una cosa o la otra. Nadie quiere chicos en la calle pidiendo ni personas durmiendo en la vía pública. Pero si le preguntás a un limpiavidrios, estoy seguro de que la mayoría te va a decir que no quisiera estar haciendo ese trabajo”, reflexionó.

Finalmente, subrayó la contradicción de exigir orden sin garantizar derechos básicos. “La convivencia tiene que darse en un marco de armonía donde estén garantizados los derechos a la tierra, al techo y al trabajo. Si no hay vivienda ni trabajo digno, es difícil que el Estado después pretenda cuidar el espacio público como una cuestión absoluta”, concluyó, y reclamó que se abra un debate real para que la norma no empuje a más personas a situaciones de mayor exclusión.

Escuchá la columna completa con Marco Galán acá:

LA DESPENSA. Lunes a viernes de 9 a 12hs, con Emilia Calderón.

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