El presidente Javier Milei vetó la ley que garantizaba el financiamiento universitario. En este contexto, el director de Radio Comunitaria La Ranchada y referente del Movimiento Carlos Mugica brindó su columna de opinión en La Despensa.
Este miércoles 2 de octubre se llevó a cabo la segunda edición de la Marcha Federal Universitaria, que tuvo su réplica en las ciudades más importantes del país.
En Córdoba, una multitud marchó desde el Monumento a la Reforma hacia el centro, para finalizar con un acto.
Docentes, no docentes, estudiantes e investigadores reclaman por mayor presupuesto para las universidades y para que los salarios aumenten por encima de la inflación. En febrero y marzo, el poder adquisitivo de los profesores del sector cayó en un 30%, convirtiéndose en los sueldos más bajos de Latinoamérica.
Tras la movilización, el presidente Javier Milei vetó la Ley de Financiamiento Universitario. Mediante el Decreto 879/2024, publicado en el Boletín Oficial, se establecieron los principales fundamentos de esta decisión.
Para la administración libertaria, el proyecto «no cuenta con previsión presupuestaria ni recursos a utilizar para su financiamiento, acarrea problemas técnicos que imposibilitan su implementación ordenada, y afecta de manera tangible los objetivos de política económica fijados por el Gobierno nacional».
Entre los considerandos del decreto también se advirtió que la eventual “aplicación de las prescripciones del referido proyecto de ley implicaría un gasto adicional de aproximadamente $811.569.000.000 (ochocientos once mil quinientos sesenta y nueve millones de pesos)”.
Firmes en la decisión política de sostener el superávit fiscal a cualquier precio, una vez más, el Gobierno nacional atenta contra derechos fundamentales.
En este contexto, Marco Galán -director de Radio Comunitaria La Ranchada y referente del Movimiento Carlos Mugica- brindó su columna de opinión en La Despensa.
«Estudiando la carrera de abogacía y después trabajo social, siempre tuve que trabajar y la universidad me fue facilitando, incluso hasta una beca para comer en el comedor universitario. Vengo de una familia de gente muy limitada en términos económicos, y si no hubiera tenido esa oportunidad, de estudiar en una universidad abierta, pública y gratuita, no habría podido hacerlo».
«La universidad me permitió estudiar la carrera de Licenciatura en Trabajo Social, y después hacer una maestría. También, como docente, tuve la posibilidad de estar becado y después pude hacer mi doctorado. Hace 25 años que soy docente en la Facultad de Ciencias Sociales, y me siento muy orgulloso porque acompaño a pibes y pibas, que vienen de sectores populares, y que llegan a la universidad y pueden tener, como yo en su momento, la oportunidad de ser los primeros egresados en su familia», agregó.
Escuchá la columna completa de Marco Galán en La Despensa: