En la temática de esta semana «Las militancias y realidad barrial durante la dictadura», en La Despensa conversamos con Mariano Oberlin, cura villero de la parroquia “Crucifixión del señor” de barrios Müller y Maldonado.
«Creo que siempre es bueno hacer memoria, de lo bueno para poder fortalecernos, para poder levantar el autoestima y decir, che, somos un buen pueblo, tenemos mucho para ofrecer al mundo y entre nosotros. En tanto recordar lo malo para no repetir las historias, las cosas que nos han dañado mucho como pueblo también hay que recordarlas aunque sean dolorosas, porque sino, no se terminan de erradicar».
«Entonces me parece que es importantísimo esto de hacer memoria, a mí me toca de una manera muy cerca esta memoria en particular que es quizas, una de las más dolorosas, por mi viejo que es un desaparecido. Además, estoy en un barrio que fue marcado porque está rodeando todo lo que es el campo de la Rivera, que es donde estuvo mi viejo, probablemente fue fusilado ahí y a mí, hoy me toca trabajar ahí en este mismo lugar donde hay como sangre de mártires regada».