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Memoria para la verdad y justicia de las mujeres presas durante la dictadura

Memorias de represión. Mujeres en la última dictadura civico-militar. Desde Derecho a Pensar en Libertad, un ciclo de talleres en conjunto con la UNC, para visibilizar experiencias carcelarias de mujeres y disidencias, presentaron el testimonio de Adriana Revol, militante anti represiva cordobesa.

«Ya en el 74′ empezaban las represiones, yo estuve un mes desaparecida en el D2 y nos blanquear recién cuando nos llevan al Buen Pastor. Siempre decimos que la dictadura empezó antes del golpe de Estado», remarca Revol.

Adriana recuerda que había mujeres embarazadas que fueron obligadas a fuerza de golpes a abortar, vejaciones de todo tipo y que al llegar a la cárcel «hasta pareció más calmado», en comparación a lo vivido en el predio adyacente al Cabildo de Córdoba.

«Tenía 18 años, me acusaron de tres hechos que no había cometido. Las fechas y hechos no se condecían. Montaban causas, igual que ahora».

¿Cómo impacta la cárcel en estas circunstancias? Para Adriana, a su corta edad, ellos «la parieron», y la hicieron esa persona que hoy puede luchar contra la tortura, lamentablemente derivado de haberlo sufrido en carne propia. «Siempre muestro la foto del prontuario, era una nena», recuerda.

Adriana Revol, en el momento de su detención ilegal.

«Es una situación extrema, es el mismo infierno. Escuchás por la radio que tenían las órdenes de los procedimientos que iban a hacer; de tirar y matar», agrega la sobreviviente al terrorismo de Estado, destacando que había diferentes formas de tortura.

«La iglesia, que quedaba cerca (en referencia al D2), no podía ignorar lo que pasaba allí. Por más que ponían música fuerte al torturarnos era imposible no notarlo. La complicidad de la Iglesia siempre estuvo», destaca.

La Justicia también hizo la vista gorda con Adriana y el resto de los detenidos ilegalmente. ¿El panorama es muy diferente en la actualidad? Revol asegura que no, y que aún es peor.

«Las cárceles ahora son mucho más represivas que antes. por ejemplo; cuando nosotros estuvimos presos no había camas de sujeción, un método de tortura que ahora existe y que lo firma el médico»

«Más del 60% de las mujeres en Bower toman el mismo psicofármaco. ¿Todos tienen el mismo problema de salud mental? No es algo que quieren solucionar, quieren que las presas ‘dejen de molestar'», remarca.

Argentina es una de los pocos países que tienen las cárceles militarizadas. Tenemos que cambiarlo, sin dudas. La cárcel no debe existir, le sirve al sistema que se sirve de eso y a la industria de seguridad, con el poder judicial, abogados y todos los que viven de esa treta», finaliza Revol, remarcando que todas las presas son políticas, por diferentes motivos, pero dentro de un mismo sistema.

Sobre Derecho a Pensar en Libertad:

Este Proyecto comenzó a ejecutarse en Octubre del año 2006. Durante el tiempo transcurrido han participado más de 200 mujeres privadas de su libertad en situación procesal y de condena, así como también más de 250 estudiantes de diversos cursos y disciplinas, incluyendo a alumnos y docentes de Derecho, Trabajo Social, Cs. dela Información, Artes, Antropología, Psicología, Cs de la Educación, etc.