Durante la tarde y noche de este martes, Córdoba fue escenario de una masiva movilización en repudio al fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que dejó firme la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la expresidenta Cristina Fernández, en el marco de la causa Vialidad.
La protesta comenzó con una concentración frente a la sede del Partido Justicialista, en la capital provincial, y luego se transformó en una marcha que avanzó por el centro de la ciudad hasta el Patio Olmos, epicentro habitual de las manifestaciones en Córdoba. Bajo la consigna “Milei vos sos la dictadura”, miles de personas hicieron oír su rechazo a la decisión judicial y al contexto político que, según denunciaron, habilita una “persecución” contra referentes opositores.
Organizaciones gremiales, sectores del peronismo, agrupaciones afines a Cristina Fernández y ciudadanos autoconvocados participaron de la manifestación. También se sumaron espacios políticos y sociales que, sin formar parte del oficialismo anterior, coincidieron en calificar la decisión judicial como un acto de “proscripción”, con el objetivo de impedir que la exmandataria se postule en las próximas elecciones.
La movilización se dio pocas horas después de que el máximo tribunal rechazara los recursos presentados por la defensa de Fernández y ratificara la sentencia emitida por el Tribunal Oral Federal N°2, avalada también por la Cámara de Casación. La Corte sostuvo que el proceso judicial respetó el debido proceso y que la condena está respaldada por abundante prueba documental y testimonial.
En paralelo, el juez Jorge Gorini, uno de los firmantes del fallo original, notificó al Ministerio de Seguridad para que en 24 horas se disponga un lugar de detención, y citó a la expresidenta a presentarse en Comodoro Py en un plazo de cinco días hábiles.
Desde las organizaciones convocantes y distintos espacios políticos, aseguraron que las movilizaciones continuarán en distintos puntos del país en defensa de lo que consideran una “democracia plena, sin proscripciones ni persecuciones judiciales”.