La palabra «monstruo proviene del latín mosntrum, que a su vez, deriva del verbo monere, que significa «advertir». Un monstruo era un aviso, una advertencia que enviaban al mundo las fuerzas sobrenaturales… En la actualidad; ¿Qué monstruos creamos? ¿Qué hacemos con ellos? ¿De qué nos advierten?
Luis Alberto Canchi, estudiante avanzado de Psicología en la UNC, habló en La Vida y La Libertad sobre la presentación de «No Somos Monstruas», un libro producido de manera colectiva sobre las mujeres que se encuentran privadas de su libertad.
Desde la extensión universitaria, Derecho a Pensar en Libertad, se lleva a cabo hace más de 15 años, por estudiantes, jóvenes profesionales y docentes, junto a las internas del establecimiento penitenciario número 3 ubicado en Bouwer.
«Lo que existe en contexto de encierro para afuera siempre es muy estigmatizante, frívolo», explica Canchi. En el libro, que tiene poemas, fanzines, relatos y lo trabajado en las diferentes tematicas de los talles trabajados en conjunto, se encuentran estar realidades invizibilidadas.
«No es lo mismos ser mujer y estar procesada; es una condena social y en los discursos surge la cuestión del sacrificio. La cuestión de género está presente. El cuerpo de la mujer siempre a disposición de los demás; cuidar la familia y lo que se deja atrás»
«El título es un juego de palabras, donde se juega con la concepción de la monstruosidad que pesa sobre las personas privadas de la libertad, pero más aún en las mujeres, ellas tienen una doble estigmatización de la ley y la sociedad, el libro nos invita a pensar qué monstruos creamos, invitándonos a hacernos una autocrítica, porque la cárcel refleja lo que vive la sociedad y la sociedad somos todes”, expresan sus autores.
Luis explica que las temáticas giraron en torno a la salud, educación, acceso a los derechos, trabajo, etc. Lo importante de este trabajo en conjunto, fue poder visibilizar y deconstruir la realidad que viven las mujeres en la doble vulneración de sus derechos dentro de los contextos de encierro.
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