El Centro de Industriales Panaderos y Afines de Córdoba (CIPAC) confirmó un aumento del 10% en todos los productos panificados desde este jueves. La medida busca compensar el fuerte incremento de costos que atraviesa el sector, potenciado por la reciente suba del dólar tras la derrota del gobierno de Javier Milei en las elecciones legislativas bonaerenses.
Marcelo Caula, presidente de la entidad, explicó en diálogo con medios locales que desde marzo no se actualizaban los precios sugeridos, mientras en paralelo se encarecían los principales insumos y servicios básicos. “Han venido subiendo todos nuestros costos, como el combustible, el gas natural y la electricidad en más del 10%. También se incrementó el precio mayorista de la harina y otros insumos básicos para el sector, como la grasa y la margarina, con alzas de hasta un 40%”, detalló.
Pese a que las ventas también muestran una tendencia a la baja, el detonante para definir este ajuste fue la escalada del dólar registrada esta semana. “Nos llevó a decir que ya no aguantamos más y tenemos que aumentar los precios al público sí o sí”, sostuvo Caula, remarcando que el sector enfrenta un escenario de márgenes cada vez más ajustados y dificultad para sostener los puestos de trabajo.
Con el nuevo cuadro tarifario, el kilo de pan francés llega a los $3.200, el pan mignón escala a $3.500 y los criollos alcanzan los $7.000 por kilo. En tanto, el precio de referencia de las facturas se ubica en $800 por unidad, un valor que busca reflejar los costos actuales del sector.
Desde el CIPAC recordaron que estos son precios sugeridos y que cada panadería puede definir su propio esquema según costos y ubicación. No obstante, la entidad advirtió que, si la tendencia de alza en insumos y tipo de cambio continúa, será difícil evitar nuevos incrementos en los próximos meses.
La suba llega en un contexto de caída del consumo, alta inflación y ajuste de ingresos de las familias. De hecho, según relevamientos recientes, los panificados y facturas son de los productos que más se retraen en ventas cuando el poder adquisitivo se debilita. Para los industriales del sector, mantener los precios congelados desde marzo ya era insostenible y el incremento era “inevitable” para no comprometer la calidad y la continuidad de la producción.