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OTES: ¿Qué pasa con el conflicto del Proyecto Artigas-Etcheverre?

Desde el Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad, analizan la situación de la tierra en Argentina.

Pablo Díaz Almada expresa: «Cada vez hay más concentración en el uso de la tierra y menos utilización de personas trabajadoras en esos establecimientos agropecuarios. Entonces se provoca concentración expulsión de las personas del campo a la ciudad».

«Pero la alternativa viable es la de una mirada agroecológica con el cuidado de las personas. El uso de la tierra para producir alimentos saludables, y que las personas reciban un pago justo y democratización sobre qué se produce y para qué sobre las tierras», agrega.

En ese sentido ¿Cuál podemos decir que es el uso que se le da a la tierra hoy en Argentina con los dos modelos que entran en conflicto?

1) Modelo de agronegocio: concentración en el uso de la tierra, tecnificación que provoca migración de personas del campo a la ciudad, la mirada puesta más en los beneficios que en alimentar a la población, poder político y económico al complejo agroexportador.

2) Modelo agroecológico: Alternativa viable. No tienen el mismo poder político y económico. La mirada puesta en el cuidado ecológico (cuidar la tierra es cuidarnos) y en el pago justo para quienes trabajan la tierra.

¿Qué podemos decir de las consecuencias que traen cada uno de estos modelos?

Modelo de agronegocio: configuración y personificación de un conjunto de actores (agroexportadores) con poder de presión y acción política. Etchevehere fue ministro de agroindustria del macrismo. Actualmente presidente de la Sociedad Rural. En las situaciones de crisis como la actual, su poder es mayor aún. Capitales agroindustriales defendiendo fuerte su posición. Marchas en todo el país a favor o en contra. Como ejemplos del poder político del sector podemos mencionar lo que sucedió con el caso Vicentín.

En el modelo productivo agroecológico, productoras y productores se organizan no sólo para desarrollar un modelo de producción de alimentos sanos, sino también de organización democrática, participativa, empoderadora, de relación más directa con consumidores y en busca de la idea del precio justo, es decir justificado por el costo de llevar a cabo el proceso y asegurar las condiciones materiales de vida de las trabajadoras y trabajadores de los productivos agroecológicos.

«Estamos frente a un sector que tiene amplio poder político y que además pone a gente en las calles a manifestarse a su favor», reflexiona Almada.

«Creo que tiene que ver con lo que vimos con Vicentín y lo que hay en las calles, defendiendo la propiedad privada de las personas que quieren realizar su modelo de agronegocios. Del otro lado, están las organizaciones que buscan empoderarse para que las legislaciones que se necesitan para llevar adelante el modelo agroecológico se concrete», reflexiona el integrante de OTES.