Según el observatorio, un porcentaje alarmante de femicidios se cometen por fuerzas policiales o de seguridad. El caso de Úrsula es uno en muchos otros casos invisibilizados.
«Alrededor de cada 30 horas la violencia machista se lleva la vid de una mujer o disidencia», explica Analia Kellydesde Mumalá.
«El monitoreo y seguimiento queda en papeles, la orden de restricción es violada asiduamente y no se toman medidas al respecto», remarcan.
«Necesitamos que se aplique la Ley Micaela con perspectiva de género; sabemos que se protege al violento, se minimiza el peligro de vida de las mujeres, y al tratarse de fuerzas de seguridad, claramente no se actúa», explica Analia Kelly.