El conflicto en la Petroquímica Río Tercero escaló este miércoles cuando el personal de la planta industrial decidió declararse en estado de Asamblea Permanente Informativa luego de no haber percibido la totalidad de sus sueldos. La tensión se profundizó por la presencia de fuerzas policiales en la entrada del establecimiento, que impidieron el ingreso de los trabajadores a pesar de que rige una conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Justicia y Trabajo de la Provincia de Córdoba. La situación fue denunciada por el Sindicato de Industrias Químicas y Petroquímicas de Río Tercero y zona (Spiqyp Río III), que expresó su rechazo a la medida y exigió una pronta intervención gubernamental para garantizar la seguridad y los derechos laborales.
Según detallaron desde el gremio, la empresa no sólo incumplió con los compromisos salariales básicos sino que, además, intentó condicionar el pago parcial de los haberes a cambio de que el sindicato desconozca la conciliación obligatoria y desista de continuar con las acciones en defensa de los trabajadores. En un comunicado contundente, el sindicato manifestó: «Responsabilizamos a los gobiernos local, provincial y nacional de la seguridad de las y los trabajadores. Denunciamos que la empresa, en representación de sus gerentes, extorsionó al sindicato para efectuar el 50% del salario a cambio de que entregáramos el futuro de los compañeros, tanto despedidos como dispensados».
La declaración gremial fue acompañada por una fuerte crítica al accionar empresarial, al que acusaron de buscar la quiebra deliberada de la planta para deshacerse de la planta laboral. «No vamos a permitir que los salarios, las necesidades de nuestros hijos y el futuro de nuestras familias sean pisoteadas por un par de empresarios que quieren llevar a la quiebra no solo la fábrica, sino también nuestras vidas y nuestras convicciones», expresaron.
El conflicto que hoy mantiene en vilo a la ciudad de Río Tercero y a buena parte del arco sindical provincial comenzó días atrás, cuando la empresa notificó el despido de 124 trabajadores y la dispensa de tareas a otros 130 empleados. La medida generó una rápida reacción del Spiqyp Río III, que solicitó la intervención del Ministerio de Justicia y Trabajo de la Provincia, logrando que se dictara una conciliación obligatoria. Sin embargo, desde el sindicato denuncian que durante el período de conciliación la empresa no presentó propuestas para reincorporar a los trabajadores afectados ni mostró intención alguna de diálogo. Por el contrario, aseguran que la firma promovió una convocatoria de quiebra como estrategia para desentenderse de sus responsabilidades.
El titular del gremio, Lucas Felici, explicó que la actitud de la empresa representa una amenaza directa no sólo a los derechos laborales de cientos de familias, sino a la estabilidad económica de toda la comunidad. “No podemos permitir que se normalice la impunidad con la que algunos empresarios buscan descargar los costos de sus decisiones sobre la clase trabajadora. Esta no es una crisis coyuntural: es una estrategia de vaciamiento que busca reducir costos a costa del hambre de nuestros compañeros”, sostuvo en declaraciones a medios locales.
En respuesta a esta situación crítica, el sindicato convocó a todo el «arco obrero y social de la provincia» a acompañar a los trabajadores en el portón de la planta, para visibilizar el reclamo y sostener la lucha. “Esta es una pelea por los derechos, las conquistas y la dignidad de nuestra clase trabajadora. No estamos defendiendo solamente un salario: estamos defendiendo el derecho a una vida con dignidad, el derecho a trabajar, a educar a nuestros hijos y a proyectar un futuro”, expresaron desde el Spiqyp.
Por el momento, no hubo respuestas oficiales del Gobierno provincial, aunque fuentes del entorno del Ministerio de Justicia y Trabajo indicaron que se están evaluando los pasos a seguir ante el agravamiento del conflicto. Mientras tanto, el estado de Asamblea Permanente se mantendrá vigente, y no se descarta que en los próximos días se profundicen las medidas de fuerza en caso de no obtener respuestas concretas.