La reciente licitación anunciada por el Gobierno de Córdoba para asfaltar la ruta E64, que une Malagueño con La Calera, generó preocupación en organizaciones ambientales y de derechos humanos. Melisa Giorgis, bióloga del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV-CONICET) de la Universidad Nacional de Córdoba, explicó los posibles impactos de este proyecto.
“En términos generales, cualquier ruta o cualquier intervención sobre el territorio genera un impacto. En este caso, aunque el camino ya existe, al asfaltarlo van a tener que avanzar sobre el territorio inmediato, lo que implica modificar y fragmentar aún más la reserva”, advirtió Giorgis.
La especialista detalló que la obra aumentaría la circulación de vehículos, el ruido y las luces en la zona. “Más gente y más tráfico implican más probabilidades de incendio y la ruptura de corredores naturales que hoy, con un camino de tierra, son más reducidos”, señaló.
Giorgis también remarcó la importancia de analizar los efectos a mediano y largo plazo. “No se trata solo del entorno inmediato. Una ruta puede promover el crecimiento urbano y aumentar tensiones en el territorio, incluso sin que esa haya sido la intención original”, sostuvo.
En este sentido, cuestionó la falta de planificación por parte del Estado provincial: “Cuando el gobierno interviene en el territorio debería hacerlo con un marco de pensamiento a escala más grande, no solo espacial sino también temporal. Hoy no está claro por qué se quiere hacer esta ruta y para qué. Eso es lo que me resulta más grave”.
Para la bióloga, este tipo de decisiones no deberían tomarse únicamente por oportunidad política o para mostrar avances en la gestión. “Siempre hay obras necesarias, pero la pregunta es qué priorizar y por qué. Si no hay un plan integrado, la discusión queda en el aire y termina siendo muy grave y difícil debatir con argumentos”, afirmó.
Sobre la Reserva Natural de la Defensa La Calera, Giorgis destacó su relevancia ambiental y social. “Es el área protegida más grande que tenemos dentro de la ciudad de Córdoba. Cumple un rol clave en la regulación de la temperatura, la biodiversidad, la calidad del aire y la reducción de riesgos de crecidas durante lluvias intensas”, explicó.
Además, describió la diversidad de ecosistemas que contiene: desde bosques de algarrobo en la parte baja, hasta bosques de molle y horco quebracho en el pedemonte, y pastizales y matorrales en la zona más alta. “Son comunidades súper diversas, no solo en plantas, sino también en aves, mamíferos y reptiles”, precisó.
Giorgis cerró la entrevista destacando la necesidad de un debate profundo y con información clara. “Ojalá algún día podamos discutir si hacer o no hacer estas obras con otro tono, con otros argumentos”, concluyó.
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