A través de una iniciativa que busca mejorar la infraestructura y la capacidad de gestión en los barrios, el gobierno municipal otorga subsidios de hasta 4 millones de pesos para refacciones y equipamiento, reconociendo la labor social de los vecinos.
Adrián Brito, de la dirección de centros vecinales de la Municipalidad de Córdoba, brindó detalles sobre el programa Codo a Codo, una política pública relanzada bajo la gestión del intendente Daniel Passerini. Esta iniciativa consiste en la entrega de ayudas económicas no reintegrables —pero sujetas a rendición de cuentas— destinadas a que las organizaciones barriales puedan mejorar sus instalaciones o adquirir herramientas operativas.
El esquema de financiamiento se divide según la infraestructura de cada organización: aquellos centros vecinales que cuentan con sede propia reciben 4 millones de pesos para refacciones edilicias, como el arreglo de puertas o mejoras generales en las instalaciones. Por otro lado, los centros que no poseen sede perciben 2,5 millones de pesos, fondos que pueden utilizarse para la compra de equipamiento necesario para sus funciones de representación, tales como gazebos, sillas o sistemas de sonido. Hasta la fecha, la inversión total del municipio alcanza los 156 millones de pesos, habiéndose entregado un cupo de 40 ayudas el pasado viernes.
Brito destacó que los vecinalistas actúan optimizando los recursos al contratar mano de obra del barrio y realizar compras en ferreterías locales, resaltando que este aporte es un reconocimiento del Estado al trabajo voluntario de los vecinos en un contexto económico difícil donde las colaboraciones particulares han mermado.
La transparencia es un eje central del programa, ya que los beneficiarios deben presentar un formulario previo y, posteriormente, rendir los gastos con las boletas de compra, dado que se trata de dinero proveniente de los tributos públicos. Según Brito, los centros vecinales son uno de los eslabones más sensibles de la democracia, y este programa permite que el Estado se haga presente y responsable en las necesidades más básicas de la comunidad.
«Aunque estos aportes parezcan poco de forma individual, tienen el poder de transformar la realidad barrial y generar una cadena de respuestas positivas entre el municipio, los centros vecinales y los vecinos» afirma Adrián Bito en comunicación con La Ranchada.

