En pleno feriado del 9 de julio, un nuevo intento por remover el quebracho blanco tricentenario de Avenida Padre Luchesse terminó en fracaso: una raíz profunda impidió que la grúa contratada lograra levantar el histórico árbol de más de 284 años, considerado patrimonio natural por vecinos y organizaciones socioambientales.
El operativo, que duró horas, expuso el conflicto que enfrenta a vecinos autoconvocados, grupos ambientalistas y la Municipalidad de Villa Allende, que insiste en trasladar el árbol unos 25 metros para ampliar la traza vial de la avenida.
El Secretario de Gobierno, Felipe Crespo, admitió que “la grúa no pudo levantarlo” y lanzó una amenaza directa: “Nos quedan dos alternativas: o conseguimos otra grúa en los próximos días o lamentablemente vamos a tener que talarlo”.
A última hora del miércoles, los asambleístas que acampan para proteger el árbol recibieron una nota de la jueza de paz de Villa Allende, Noemí Graciela Alfaro. Allí se les exigía manifestar conformidad para permitir la remoción “sin interferir”, o de lo contrario la Municipalidad procedería a talar el quebracho.
La respuesta vecinal fue contundente y viral: “Volá pescado. El quebracho no se toca”, respondieron desde Quebracho284, el colectivo de vecinos y vecinas que acampa junto al árbol para evitar su destrucción.
En un giro inesperado, Jorba, la empresa contratada para operar la grúa, publicó un comunicado para despegarse del intento de tala: “Una vez que supimos que el objetivo real era remover un árbol histórico, cancelamos de inmediato el servicio y retiramos la maquinaria del lugar”.
El mensaje fue claro: no apoyarán maniobras que atenten contra el patrimonio natural.
Mientras tanto, ambientalistas y técnicos presentaron una alternativa de traza viable: desviar la avenida unos pocos metros, respetando la velocidad máxima de 60 km/h que rige en la zona. Según especialistas, esta modificación permitiría conservar el quebracho sin afectar la seguridad vial.
Sin embargo, la Municipalidad de Villa Allende y Caminos de las Sierras se niegan a considerar el desvío, sosteniendo que el flujo vehicular exige liberar ese tramo. Para ambientalistas, tanto la reubicación como la tala equivalen a una muerte segura para el quebracho: la probabilidad de que sobreviva es de apenas 20%, aseguran.
En la mañana de hoy, el intendente de Villa Allende, Pablo Cornet, sostuvo en declaraciones a diferentes medios que de no poder ser trasladado el árbol, seria talado. “El vecino de Villa Allende quiere la doble vía, yo camino por las calles y lo que quiere es que talemos el árbol y que se libere la ruta”, fueron parte de los dichos que ofreció a la el diario La Voz.
Hace un mes, vecinos y vecinas comenzaron a acampar bajo sus ramas para impedir su traslado. En medio de la crisis climática y la destrucción de bosques nativos, este quebracho blanco centenario se transformó en un emblema de la defensa del patrimonio ambiental y la memoria colectiva.