Se filtró la foto de las y los diputados de La Libertad Avanza junto a los represores que visitaron en la cárcel de Ezeiza. Este miércoles se debatirá en el Congreso la creación de una comisión especial para evaluar la expulsión de los legisladores nacionales que participaron del encuentro.
A principios de julio se conoció que un grupo de diputados de La Libertad Avanza habría ingresado al penal de Ezeiza a tener una reunión con genocidas condenados por delitos de lesa humanidad, entre ellos Alfredo Astiz.
La comitiva oficial de LLA había viajado, en un auto del Congreso, a la cárcel de Ezeiza a entrevistarse con Alfredo Astiz y otros represores condenados, como Adolfo Donda (exoficial de la Armada y apropiador de Victoria Donda), Antonio Pernías (integrante del grupo de tareas que funcionaba en la ESMA), Raúl Guglielminetti (exagente de inteligencia del Batallón 601).
Los diputados que estuvieron presentes fueron Rocío Bonacci, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo. El encargado de organizar la visita y pedir el auto había sido Beltrán Benedit,
Organismos de Derechos Humanos, junto a partidos políticos y movimientos sociales denuncian que «los diputados de LLA se juntan con quienes violaron, torturaron, desaparecieron, secuestraron, robaron bebés, asesinaron. No es una foto: es un plan del gobierno de Milei y Villarruel para dar impunidad a los genocidas».
¿Quiénes son los represores que aparecen en la foto y por qué están condenados?
Alfredo Astiz, conocido como “el Ángel de la muerte” y condenado por secuestro, tortura y desaparición. Fue responsable por la desaparición de dos Monjas francesas y los 12 de la Santa Cruz. Se infiltró en Madres de Plaza de Mayo, y se lo responsabiliza por la desaparición de Azucena Villaflor, fundadora de la organización.
Miguel Britos, ex miembro de la Superintendencia de Seguridad Federal, condenado por delitos en el circuito represivo ABO (Atlético-Banco-Olimpo).
Juan Carlos Vázquez Sarmiento, responsable de secuestros y torturas, estuvo prófugo de la Justicia durante casi 20 años. Fue suboficial mayor de la Fuerza Aérea y se lo juzgo por la apropiación de Ezequiel Rochestein Tauro, el nieto 102 recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo en 2010, a quien crió como propio.
Mario Marcote, miembro del Servicio de Informaciones de Santa Fe, condenado a 17 años de prisión en Rosario, por ser responsable de los delitos de Privación ilegítima de la libertad y por mediar violencias y amenazas a Nilda Virginia Folch y José Baravalle.
Honorio Martínez Ruíz, agente de la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) condenado a perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención Automotores Orletti.
Raúl Guglielminetti, agente de inteligencia perteneciente al Batallón 601, condenado por secuestrar y torturar en el centro clandestino Automotores Orletti.
Marcelo Cinto Courtaux, miembro del Destacamento 201 de Inteligencia que actuó en Campo de Mayo, fue condenado a perpetua por desapariciones, asesinatos y torturas.
Julio César Arguello, condenado a perpetua por delitos cometidos en el “Circuito Camps”.
Manuel Cordero, condenado a 25 años de prisión por crímenes cometidos en el marco del Plan Cóndor y por privación ilegítima de la libertad de 11 detenidos desaparecidos.
Gerardo Arraez, condenado a 25 años de prisión por delitos en el circuito represivo ABO (Atlético-Banco-Olimpo). Coautor de secuestros y torturas de 285 víctimas que permanecieron cautivas en los centros clandestinos y su participación en el homicidio de 19 personas.
Adolfo Donda, jefe de operaciones del Grupo de tareas 3.3.2 en la ESMA, fue procesado por procesó por más de 62 delitos de lesa humanidad que incluían secuestros, tormentos y homicidios, y por el secuestro de la exdiputada Victoria Donda.
Antonio Pernías ,alias “Trueno” o “Rata”, era miembro del grupo de tareas 3.3.2, y fue condenado a perpetua por delitos de lesa humanidad en la ESMA.
Carlos Guillermo Suárez Mason, participo en dos golpes de Estado. Alias “El hijo de Sam”, bajo su jurisdicción operaron los centros de tortura de Automotores Orletti, el Pozo de Banfield, La Cacha y El Olimpo. Era responsable del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército, destinado a operaciones de secuestro extorsivo. Condenado a prisión perpetua.