Nos comunicamos con Rosalía Pellegrini, Coordinadora Nacional de Género de la UTT (Union de Trabajadores de la Tierra) para seguir reflexionando sobre el camino hacia la soberanía alimentaria a partir de la posibilidad de expropiar Vicentín.
En relación a esto señala: “Es un debate complejo, como una empresa de la agroindustria va a tener algo que ver con la soberanía alimentaria. Ya de por sí, la soberanía alimentaria para nosotros son un montón de cosas más.”
Sin embargo, señala, esto implica reconocer cómo es el modelo productivo que representa Vicentin, quienes lo integran y a qué intereses responde:
“Es importante darnos cuenta que ese conglomerado de empresarios del campo aliados con las corporaciones internacionales que dominan la agroindustria, son enemigos del proyecto de la soberanía alimentaria, de la reforma agraria integral, de la producción campesina y agroecológica, del comercio justo.”
Hizo referencia también a la relevancia de que sea el estado el que controle y regule la producción de alimentos, con la posibilidad de que Vicentin sea una prueba piloto para pensar en otro modelo de producción y comercialización: “tener la posibilidad de que una empresa tan importante esté en control del estado para que podamos tener ese proyecto piloto desde el estado y así ver que pasa en el comercio exterior, determinar otras reglas del juego para la agricultura agroindustrial”.
Explica también el modelo de producción de alimentos que representa Vicentín, un modelo de agronegocios que entiende a la agricultura como una mercancía, destinada a agroexportación: “A este tipo de empresas lo que les importa es la exportación de esos productos. Por eso quieren especular con los precios, y eso influye en el precio de los alimentos que compramos.”
En otro lugar y representando también otros intereses, plantea, están las organizaciones sociales pensando en otro modelo para otro campo “uno de las cooperativas que produzca productos para el pueblo.” Un modelo que además, busca producir alimentos más sanos, que no dañen al ambiente, y a precios justos.
En este sentido, plantea, que Vicentín esté controlado por el Estado posibilitaría dialogar con mayor facilidad para empezar a caminar hacia la soberanía alimentaria y productiva:
“No es lo mismo que los movimientos campesinos y sociales negociemos con el estado lo que queremos, esto es un modelo de productivo más sano con la naturaleza, con la entrada de pequeños y medianos productores, con las cooperativas. No es lo mismo pelearle eso al estado que a las empresas.”
Enfatiza en la necesidad de que se constituya otro modelo agroalimentario sobre la base de los principios de la solidaridad y la justicia:
“El modelo agroalimentario en Argentina tiene que partir de la base de otros principios. Que la alimentación es un derecho que tiene que estar en manos del pueblo, no es una mercancía”
Sobre esto, plantea que no es algo teórico o abstracto, sino que ya hay múltiples experiencias a lo largo y ancho del país que posibilitan producir y comercializar alimentos a precios accesibles, sin intermediarios, y en función de los intereses de la gente:
“Desde la Unión de Trabajadores de la Tierra ocupamos tierras, construimos colonias agrícolas en lugares donde no había nada, era tierra del estado abandonada. Ahi hoy se producen alimentos sanos, se abastece mucha gente y a precios populares.”
Para avanzar en estas propuestas señala que es necesario relocalizar la producción nacional, que hoy está concentrada en pocos centros urbanos, debiendo transportar estos alimentos a grandes kilómetros. Esto, implica el encarecimiento de los productos, cuando hay tierra fértil en otros espacios y provincias que podrían generar sus alimentos, ahorrando el traslado que impacta en el precio final.
“Hay que relocalizar las colonias agrícolas en nuevos polos de producción, en las que el estado incentive a que transiten la agroecología con apoyo y políticas públicas y generar comercios de cercanía en cada territorio.”
Para esto, concluye, es necesario volver a la huerta, a la tierra, a las chacras que el modelo extractivista basado en la sojización exterminó y que hoy causa graves problemas.
Concluye: “Sin la distribución de las tierras en Argentina, sin hacer justicia de modo que el que da de comer tenga acceso a la tierra no se puede pensar en ningún modelo.”
Podes escuchar la nota completa aca: