La morosidad bancaria del sector privado argentino registró un nuevo aumento en mayo, según datos oficiales del Banco Central (BCRA). El ratio de irregularidad del crédito al sector privado ascendió a 2,6%, marcando una suba de 0,4 puntos respecto de abril.
El deterioro impacta tanto en préstamos a hogares como en el financiamiento a empresas, abarcando créditos personales y tarjetas de crédito, dos de las líneas más sensibles de la economía doméstica.
Los datos muestran que el coeficiente de mora del crédito destinado a los hogares alcanzó 4,5% en mayo, consolidando un avance respecto al mes anterior. En particular, las líneas vinculadas al consumo —préstamos personales y tarjetas de crédito— exhibieron un ratio de irregularidad aún mayor, con 4,9%, lo que refleja la presión que atraviesan muchas familias para cumplir con sus compromisos.
Por su parte, el financiamiento a las empresas mantuvo un ratio de irregularidad más bajo, en torno al 1%, aunque se detectaron leves subas en casi todos los sectores económicos. El único segmento que se mantuvo estable fue la industria.
Otro indicador que encendió señales de alarma fue el ratio de cheques rechazados por falta de fondos, que en mayo se ubicó en 1,39% en cantidades y 1,24% en montos reales, con un alza de 0,1 puntos en cantidades y 0,4 puntos en montos respecto de abril. En la comparación interanual, los aumentos fueron de 0,83 puntos en cantidades y 0,76 puntos en montos.
Mientras tanto, los cargos mensuales por incobrabilidad devengados y anualizados, en relación con el saldo total de créditos al sector privado, aumentaron 0,7 puntos en el mes, ubicándose en 5,5%.
A pesar de este escenario, el nivel de previsionamiento del sistema financiero sigue siendo elevado: el saldo de previsiones contables superó al crédito irregular en un 129%, aunque este colchón de cobertura se redujo 12 puntos en mayo.