Entre el domingo 29 y el lunes 30 de septiembre se sintieron temblores en distintos puntos del Valle de Punilla. De manera equívoca, la población relacionó este fenómeno con los incendios forestales. Dialogamos con Luciana López, del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, acerca de la situación.
Hace una semana, en la provincia de Córdoba se registraron cuatro sismos en dos días en el Valle de Punilla, con magnitudes de entre 3.2 y 2.6 grados en la escala de Richter. Ya son 51 movimientos sísmicos en lo que va del 2024.
El instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) expuso que los temblores tuvieron lugar el domingo 29 y lunes 30 de septiembre en el norte provincial, con intensidades catalogadas como «muy débil» y «débil».
El primero de los sismos ocurrió el domingo a las 9.59 a 13 km al norte de la localidad de La Falda y 56 km al noroeste de la capital cordobesa, tuvo una magnitud de 2.6 grados en la escala de Richter, y una profundidad de 11 km.
El domingo por la noche, a las 22.43 tuvo lugar otro movimiento telúrico de 3.2 grados de magnitud a 55 km al norte de Córdoba, con una profundidad de 13 km, y una intensidad «muy débil» para algunas localidades como Cosquín, La Calera, Villa Carlos Paz, Río Ceballos y Salsipuedes, y «débil» para Capilla del Monte, Los Cocos, La Cumbre, La Falda y La Granja, entre otras.
Asimismo, el lunes durante la madrugada, a las 5.48, se sintió otro temblor de magnitud 2.6, a 20 km al noreste de Córdoba y 46 km al sudeste de La Falda, con 5 km de profundidad.
El último sismo registrado ocurrió a las 19.30 del mismo día, a 12 km al noreste de La Falda, con 3.1 de magnitud, 17 km de profundidad y una intensidad «débil» para La Falda, Villa Giardino y Capilla del Monte, y «muy débil» para Agua de Oro, El Pueblo, Salsipuedes y Río Ceballos.
En diálogo con La Ranchada, Luciana López, integrante del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, explicó que, si bien hubo varios temblores, «venimos dentro de los parámetros normales», puesto que estamos en una época en que hay mayor energía liberada.
Como los sismos sucedieron a la par de los incendios forestales en Punilla, comenzó a circular la idea de que, tal vez, ambos fenómenos estarían relacionados. No obstante, López aclaró que «no hay ningún tipo de investigación que asocie esto».
A lo anterior, sumó: «En toda esa región hay un sistema de fallas activo. Son fallas cuaternarias, que son las que generan sismos. Todo lo que es la Sierra de Pocho, Sierra Grande, Sierra Chica, tiene un sistema de fallas norte-sur que está generando sismos constantemente, algunos son sentidos y otros no. Córdoba, en particular, tiene una densidad de población bastante grande en esas zonas, y tienen edificios muy altos, entonces eso hace que la gente los sienta».
Escuchá la entrevista completa a Luciana López en La Despensa: