Miguel Díaz, delegado de los trabajadores de la fábrica IBF, relató que al llegar al establecimiento se encontraron con una situación inesperada. “Cuando llegamos, dentro del establecimiento estaba la gerencia junto con escribanos y personal de seguridad para notificarnos que despedían a todo el personal y que sellaban la empresa”, explicó.
Ante ese escenario, los trabajadores resolvieron permanecer en la planta. “Hablamos con nuestro gremio, nos reunimos en asamblea y decidimos quedarnos acá en ocupación pacífica hasta que se nos den respuestas”, sostuvo Díaz. Y remarcó: “No se puede venir a sellar una empresa y poner en cuestión los puestos de trabajo de los trabajadores y de sus familias así como así”.
El delegado señaló que la empresa no presentó documentación que respalde una crisis económica. “Nosotros queremos que la patronal abra sus libros contables y muestre realmente su crisis. Hace una semana veníamos trabajando normal, haciendo tareas de mantenimiento porque nos íbamos de vacaciones”, indicó. Además, consideró que el cierre “se da en el marco de las fiestas” y que existe una maniobra especulativa por parte de la patronal.
Díaz reconoció que hubo una baja en la producción vinculada al ingreso de neumáticos importados, pero aclaró que eso no implica una situación de quiebra. “La empresa nunca perdió el mercado. Lo que planteaban era un problema de margen de ganancia, no que estuvieran en rojo”, afirmó. En ese sentido, sostuvo que “pretenden sostener márgenes de ganancia como los del mercado financiero”.
Según precisó, el cierre afectó a la totalidad del personal. “Somos 20 trabajadores y notificaron a todos. Plantearon el cierre de planta, despedir a todos y sellarla”, detalló. Y agregó que la medida impacta de lleno en las familias: “Todos los compañeros tienen familia, hijos, deudas y proyectos que se sostienen con un salario digno”.
El delegado también vinculó la situación con el contexto político y económico. “Las patronales se envalentonan con el gobierno y con los ataques a los derechos laborales. No queremos volver a la esclavitud, queremos trabajo y salario”, expresó.
Respecto a las próximas medidas, Díaz confirmó que continuarán en la planta. “Estamos en asamblea permanente y ocupación pacífica. Por el momento nos vamos a quedar acá”, afirmó. Además, indicó que solicitaron al gremio que evalúe medidas de fuerza más amplias. “Este dueño tiene otra fábrica, y si pasa acá puede pasar allá. Por eso pedimos que se llame a un paro”, sostuvo.
Finalmente, reclamó la intervención del Estado. “La Secretaría de Trabajo y el Ministerio tienen que hacerse cargo. No se puede cerrar una fábrica así porque sí. Si hay crisis, hay herramientas para salir entre todos”, concluyó.
La planta de IBF se encuentra ubicada en José Antonio Cabrera al 5000, en la ciudad de Córdoba, donde los trabajadores continúan con la protesta a la espera de una solución.
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LA DESPENSA. Lunes a viernes de 9 a 12hs, con Emilia Calderón.

