Trabajadores tomaron la Petroquímica de Río Tercero luego de seguir sin respuestas

El conflicto en la planta se profundizó tras los despidos masivos. El gremio denuncia rebajas de hasta el 20% y falta de pago de indemnizaciones.
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La tensión en Río Tercero alcanzó un nuevo punto crítico con la decisión de los trabajadores de la Petroquímica de tomar por completo el complejo fabril. La medida, anunciada tras una reunión fallida con los directivos de la empresa, se extenderá “hasta que la situación se revierta”, según advirtieron en un comunicado gremial. El trasfondo del conflicto combina despidos masivos, reclamos salariales y acusaciones sobre un intento deliberado de llevar la firma a la quiebra.

De acuerdo con la información difundida por el Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Río Tercero, ya son alrededor de 250 los trabajadores despedidos en los últimos meses. La expectativa de reincorporaciones, que en algún momento se presentó como una alternativa de solución, quedó rápidamente desactivada tras la última reunión con la patronal. Según el gremio, la empresa solo plantea la reincorporación de 16 personas, una cifra que consideran insignificante frente a la magnitud del ajuste.

En el mismo sentido, desde el sindicato denunciaron que no hubo oferta de pago de indemnizaciones para los cesanteados, lo que agrava aún más la situación de cientos de familias que quedaron sin ingresos. “La patronal dio claras señales de que quieren llevar todo a la quiebra, cayéndose por completo no solo las reincorporaciones y las indemnizaciones sino también planteando rebajas salariales en los sueldos de todos los trabajadores que hoy siguen en la Petroquímica”, expresaron los empleados en un comunicado público.

El secretario gremial del sindicato, Lucas Felici, fue categórico al describir la propuesta empresarial: “La firma propone una rebaja salarial entre el 15 y 20% para todos los trabajadores y pretende reincorporar solamente a 16 personas. No hubo oferta de pago de indemnizaciones”. Con esas condiciones, aseguró, resultó inevitable avanzar con medidas de mayor contundencia, entre ellas la toma del complejo fabril como herramienta de presión.

La protesta no solo refleja un reclamo económico, sino también un componente de dignidad y defensa del empleo. “Tienen que entender que con la dignidad de las familias petroquímicas no se juega”, remarcaron los trabajadores al rechazar de plano la posibilidad de cierre de la planta. Para los empleados, el ajuste planteado por la compañía es inaceptable y atenta contra la subsistencia de cientos de familias que dependen de la fábrica como fuente principal de ingresos.

La toma del establecimiento fabril implica que los trabajadores permanecerán en el lugar de manera indefinida hasta tanto se logre una solución concreta. La medida fue adoptada con apoyo gremial y constituye un paso más en un plan de lucha que se viene gestando desde hace semanas, tras los primeros despidos.

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