Crecen los casos de Covid en las cárceles, especialmente en la unidad que alberga genocidas.
El Covid entró hace tiempo en las cárceles, pero estaba controlado. Esa calma está sacudiéndose. El crecimiento de casos en la calle tuvo su correlato del otro lado del muro, incluso en las unidades con mejores condiciones y sin sobrepoblación. El jueves último se registraron 30 casos de coronavirus en la Unidad 34 de Campo de Mayo, destinada a militares y a detenidos por delitos de lesa humanidad, y hubo dos muertes.
El primer caso de Covid dentro de la Unidad 34 fue el del represor Luis Muiña, condenado a prisión perpetua por crímenes en el Hospital Posadas y tristemente célebre por ser el caso con el que la Corte Suprema intentó habilitar el 2×1 para los genocidas. Muiña, de 65 años, estuvo internado extramuros por un cólico biliar. Desde el 4 de junio hasta el 17 de junio permaneció en el Hospital Raúl Larcade de San Miguel. El 17 reingresó a la Unidad 34. El Servicio Penitenciario Federal (SPF) anunció que había cumplido con los protocolos y lo había hisopado y aislado. A los cuatro días, llegó el resultado. Muiña se había contagiado. El represor fue trasladado a la Unidad 21, que funciona en el Hospital Muñiz. Allí permanece todavía.
Por un mes no hubo noticias del virus en la Unidad, donde están alojados 70 represores. El 20 de julio, falleció Edberto González de la Vega, uno de los directivos de Fabricaciones Militares que fue condenado por un tribunal de Córdoba a trece años de prisión por la explosión de la fábrica de Río Tercero en 1995. González de la Vega murió sin que la Corte Suprema le hubiera confirmado la condena, que había sido validada por Casación en 2017. Hasta donde se sabe, el máximo tribunal no vislumbraba analizar el fondo de la cuestión, sino rechazar el planteo con un 280 – cosa que tampoco hizo.
A González de la Vega le habían concedido la prisión domicilia, pero no pudo materializarse. El 11 de junio, el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de Córdoba ofició a la defensa para consultarle si ya se había solucionado el problema que tenía en el domicilio de Ciudad de Buenos Aires que había aportado o si quería proporcionar otro. El militar murió mientras estaba internado en el Hospital Militar de Campo de Mayo. El viernes 24, llegó la confirmación de que había sido por Covid.
Un día antes, falleció Juan Domingo Salerno, un policía de la Bonaerense, que está detenido desde el año pasado por un operativo en Rafael Calzada. Ese mismo día tuvieron la confirmación de que Salerno había muerto por Covid. Salerno estaba internado en el Hospital San Miguel Arcángel de San Miguel.
Contagios
Al 21 de julio, la Unidad 34 denunciaba dos casos de internos sospechosos: el de Salerno y el de Gonzalo Sánchez, el represor de la ESMA que fue extraditado en mayo pasado desde Brasil. El miércoles 22 se confirmó que Chispa tenía Covid y las autoridades hisoparon a quienes estaban alojados en los pabellones A y B. De esos, 30 fueron positivos y 12 negativos. Se decidió repetir cuatro hisopados. Uno de ellos era el del represor Mario Sandoval, extraditado en diciembre desde Francia. Su análisis volvió a dar negativo, según le informaron al TOF 5.
De los 30 contagiados, 17 fueron trasladados al Hospital Penitenciario de Ezeiza. En ese grupo estaba el Chispa Sánchez. Ocho fueron llevados al Hospital Militar y cuatro a la Unidad 21 del Muñiz. Otro represor, Ramón Velasco, estaba desde el 22 internado en el Hospital San Miguel Arcángel.
No todos siguen en los centros médicos, ya que los tribunales empezaron a otorgar domiciliarias. El médico Omar Di Nápoli, volvió a su casa por decisión del Tribunal Oral Federal (TOF) 4 de San Martín sin consultar con las partes. El TOF de Tucumán también le concedió domiciliaria a Jorge Lazarte, el represor que había vuelto este año a la cárcel después de que lo engancharan almorzando en un restorán de Coghlan.
Las autoridades penitenciarias no contemplan, por el momento, hisopar a quienes están en los pabellones C y D porque no hay ningún caso sospechoso, informaron ante los tribunales. Uno de los que reclama salir de la Unidad 34 es el capellán Christian Von Wernich, condenado en 2007 a prisión perpetua. Su solicitud ya fue desestimada por la justicia federal de La Plata. Para salir de la cárcel, Von Wernich ofrece como garante a Monseñor Ariel Torrado Mosconi, Obispo de 9 de Julio.
Ezeiza
En Ezeiza, dio positivo un represor. Se trata de Ramón Ojeda Fuentes, condenado en la megacausa de Arsenales de Tucumán y actualmente en juicio. Está aislado en la Unidad 21.
Ojeda Fuentes y otros diez presos de lesa habían sido trasladados el domingo pasado desde el Hospital Penitenciario Central (HPC) de Ezeiza hasta el pabellón 6 de la Unidad 31, donde están alojados otros represores – entre ellos, los integrantes de la patota de la ESMA. Ojeda empezó con síntomas en la noche del 21, fue aislado en esa misma unidad y recién se confirmó su caso en la madrugada del 23. Según informaron desde el SPF, las autoridades hisoparon a todos los internos del pabellón y se estaban esperando los resultados. Al cierre de esta edición, los testeos indicaban que habían otros cinco represores con Covid.
Miguel Osvaldo Etchecolatz, que también fue trasladado desde el HPC reclamó irse a su casa tras la detección del caso de Ojeda Fuentes, pero el TOF 1 de La Plata rechazó el pedido.
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