La baja tensión eléctrica, los postes caídos y el riesgo permanente por el mal estado de la red agravan la situación cotidiana de los vecinos. «Nosotros venimos peleando la urbanización hace cinco años. El año pasado se avanzó un 50%, pero la obra quedó frenada. Tenemos colocada la conexión de electricidad, agua y cloacas, pero no están habilitadas», señaló Koraj. La dirigente barrial agregó que tanto el gobierno provincial como el municipal se deslindan de responsabilidades: “Desde la provincia, con Laura Jure, nunca nos llamaron a una mesa de diálogo. Y desde el CPC de Barrio Jardín dicen que no tienen jurisdicción”.
Koraj también advirtió que por el estado irregular del barrio, servicios esenciales como bomberos o defensa civil no ingresan en caso de emergencia. “Se nos incendia una casa y los bomberos no entran porque legalmente no tienen autorización. Es gravísimo. Tenemos agua informal, entonces hasta que llenamos un balde ya se incendió todo”, lamentó.
El problema se extiende a otros aspectos de la vida diaria. “A la noche esto es una boca de lobo. No hay luz pública, y cada vecino pone una bombita en su casa, pero eso atrae inseguridad”, relató. Además, el transporte público no ingresa al barrio, aunque los colectivos cruzan por la zona: “El colectivo pasa pero no tiene paradas acá. Para ir a trabajar tengo que caminar siete cuadras hasta el barrio Angelelli”.
La presidenta barrial reclamó que la situación podría resolverse con voluntad política. “Si se conectara la instalación eléctrica que ya está hecha al transformador, las casas tendrían luz normal y pagaríamos el servicio como corresponde. Pero desde EPEC nos dicen que necesitan una firma que autorice la conexión. Todo depende de una firma”, denunció. “Solo pedimos un derecho básico: tener luz, agua y cloacas. Nos denigran como personas cuando no pueden resolver algo tan sencillo. Falta voluntad política”, concluyó Koraj.
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