La economía cordobesa sigue mostrando señales de deterioro en el consumo y las cifras de noviembre confirman un panorama sombrío para los pequeños y medianos comercios de la provincia. Según el relevamiento mensual de la Federación Comercial de Córdoba (Fedecom), las ventas minoristas registraron una caída del 7,7% interanual, consolidando una tendencia negativa que se arrastra desde 2024, cuando ya se había registrado un derrumbe del 11,2% comparado con 2023.
El informe, elaborado junto a las cámaras y centros comerciales de toda la provincia, revela que los 11 rubros medidos mostraron bajas en las cantidades vendidas respecto del mismo mes del año pasado, con una profundidad que alarma al sector. Los comerciantes advierten que la recuperación prometida por el Gobierno nacional a partir de la apertura importadora nunca llegó y que, lejos de dinamizar el mercado, las familias compran menos y priorizan el día a día.
Los datos son contundentes: alimentos y bebidas, el rubro más básico y sensible, tuvo una merma del 9,4%, reflejando la pérdida creciente del poder adquisitivo. Pero el golpe más fuerte se vio en indumentaria, con una caída del 10,3%, y en muebles y decoración, con un descenso del 9,5%, rubros históricamente afectados cuando el bolsillo aprieta. La foto general habla de una economía doméstica que recorta gastos esenciales y directamente posterga las compras de productos considerados secundarios.
Otros sectores tampoco escaparon a la crisis. Ferretería, materiales eléctricos y construcción sufrió una baja del 7,8%, artículos deportivos y de recreación retrocedieron 7,6%, y electrodomésticos y electrónicos cayeron 7,2%. En paralelo, calzados y marroquinería marcaron un descenso del 6,1%, farmacia retrocedió 5,3%, y juguetería y librerías se desplomaron 5%, un síntoma claro de lo que puede venir durante las fiestas de fin de año. Perfumería y cosmética, por su parte, cayó 4,2%, confirmando que casi no hay rubro que escape a la contracción del consumo.
La única excepción fue neumáticos y repuestos, que mostró un crecimiento del 2,9%, impulsado por la necesidad ineludible de mantenimiento de vehículos en un contexto donde cambiar de automóvil se vuelve una misión imposible. Los comerciantes señalan que este fenómeno se explica por el alza de precios y la falta de financiación para bienes durables.
Fedecom también analizó los medios de pago utilizados en noviembre. El 57% de las operaciones se realizaron al contado, en tanto que el 43% se concretaron con tarjeta de crédito. La tendencia muestra un incremento sostenido del uso del financiamiento para adquirir productos básicos, signo del creciente endeudamiento de los hogares. Las familias recurren a las cuotas para aliviar el impacto inmediato, pero los comerciantes advierten que la bomba puede estallar cuando las tasas sean imposibles de afrontar.
Desde el sector comercial remarcan que los números reflejan “una crisis profunda que no encuentra piso”, alimentada por la caída del empleo, el freno en la producción y la ausencia de medidas de estímulo al consumo. Señalan que la apertura indiscriminada de importaciones tampoco dinamizó la competencia, sino que achicó márgenes y vació las posibilidades de recuperación de los comercios locales.
Los empresarios piden políticas urgentes de reactivación, incluyendo un plan de financiamiento accesible, alivio impositivo y medidas que apuntalen a las pymes.

