Mariano, integrante de la organización, relató en Radio La Ranchada que el episodio impidió que ese día pudieran realizar la comida que preparan cotidianamente para los vecinos. «Una compañera que debía salir del Chaparral para venir a buscar la comida me avisó que no podía porque estaba lleno de policías. Al rato nos enteramos que habían entrado al saloncito, rompiendo la puerta de forma absolutamente violenta e injustificada, seguramente también ilegal», afirmó.
Según relató, los vecinos advirtieron a la policía que el lugar es un espacio de uso comunitario y que podían facilitarles la llave para que ingresaran sin violentar el acceso. Sin embargo, los efectivos decidieron entrar por la fuerza. «Vieron que no había nadie, que era un espacio solidario, y aún así rompieron la puerta y dejaron todo destruido», señaló.

El hecho se dio en el marco de un clima de violencia institucional que afecta habitualmente a las familias que habitan en la zona céntrica marginalizada de la ciudad. «En las casas de las familias es peor. Hay mucha gente presa en el barrio. Todo esto sucede porque pareciera que los pobres no pueden vivir en el centro de la ciudad», denunció Mariano.
Ante la consulta sobre si recibieron alguna explicación o respuesta institucional, el referente explicó que no hubo ninguna respuesta oficial por parte de las autoridades. Relató que se dirigieron a distintos espacios policiales y judiciales cercanos, pero nadie supo explicar lo ocurrido. «Fuimos a infantería, a la comisaría décima, a la unidad judicial número 5, y en todos lados nos dijeron que no sabían nada. Apenas nos sugirieron que podíamos hacer una denuncia en la oficina que recibe denuncias contra la policía en el Parque Sarmiento», contó.

Desde la organización lamentaron el avance de un clima represivo sobre los sectores populares. «No sé si es un plan, pero sí es un espíritu de época totalitario que avanza. Lo vemos en ataques a periodistas, compañeras presas por escraches, o lo que nos pasa a las organizaciones y a la mayoría del pueblo», reflexionó Mariano.
Pese a todo, desde la Casa Popular Carlitos Reyes sostienen su trabajo comunitario con el apoyo de redes solidarias. «Seguimos apostando al trabajo militante y solidario. La mejor manera de enfrentar esto es estar junto a tu vecino, tu vecina, armar redes y amplificar nuestras voces en los medios comunitarios», concluyó.
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