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Papa Francisco: «No aprendemos, estamos enamorados de las guerras y del espíritu de Caín»

En su diálogo con los periodistas en su vuelo de regreso de Malta, el Papa Francisco respondió a las preguntas sobre la posibilidad de un viaje a Kiev y el horror de la guerra.

» La guerra es siempre una crueldad, una cosa inhumana, que va contra el espíritu humano, no digo cristiano, humano. Es el espíritu de Caín, el espíritu ‘cainista’… Estoy dispuesto a hacer todo lo que haya que hacer, y la Santa Sede, especialmente la parte diplomática, el Cardenal Parolin y Monseñor Gallagher, están haciendo todo, pero todo, no se puede publicar todo lo que hacen, por prudencia, por confidencialidad, pero estamos al límite de nuestro trabajo», explicó a la prensa.

Con respecto a la posibilidad de enviar un mensaje al presidente Ruso, el papa Francisco fue contundente:

«Tuve noticias del Presidente de Rusia a finales de año, cuando me llamó para desearme lo mejor. He escuchado al Presidente de Ucrania dos veces. Entonces, el primer día de la guerra pensé que debía ir a la embajada rusa para hablar con el embajador, que es el representante del pueblo, y hacer preguntas y dar mis impresiones sobre el caso.  Estos son los contactos oficiales que tenía. Con Rusia lo hice a través de la embajada. También escuché al arzobispo mayor de Kiev, monseñor Schevchuck».

» El hecho de que estén en el bando en el que están no tiene ningún interés. Pero su trabajo es para el bien común y estos cayeron en el servicio para el bien común. Para información. No los olvidemos. Fueron valientes y rezo por ellos para que el Señor recompense su trabajo. Estos han sido los contactos que hemos tenido hasta ahora.», expresó, en referencia a la prensa.

«Toda guerra nace de una injusticia, siempre. Porque ahí está el patrón de la guerra. No hay un patrón de paz. Por ejemplo, hacer inversiones para comprar armas. Dicen: pero los necesitamos para defendernos. Ese es el patrón de la guerra. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, todo el mundo respiró «nunca más guerra» y paz.  También comenzó una ola de trabajo por la paz con la buena voluntad de no dar armas, armas atómicas en ese momento, por la paz, después de Hiroshima y Nagasaki. Fue un gran acto de buena voluntad