Lxs jóvenes cordobesxs encontraron serias dificultades para sostener las actividades educativas, el trabajo y los espacios de socialización durante el ASPO. El aburrimiento, el cansancio y la ansiedad fueron las emociones que predominaron en este grupo etario. Según el estudio realizado por investigadorxs de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC, la suspensión de programas sociales y de inclusión laboral por parte del Estado Provincial y el “cierre” de los Centros de Actividades Juveniles (CAJ) en medio de la coronacrisis dan cuenta del olvido al que son sometidos lxs jóvenxs.
Un estudio de investigadorxs de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC identificó las situaciones y dificultades que atraviesan lxs jóvenes cordobeses de distintos sectores sociales durante la cuarentena.
Mientras intelectualxs, periodistxs y dirigentxs de la oposición debaten acerca de la legitimidad de la cuarentena, otros grupos sociales sufren consecuencias concretas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Tal es el caso de lxs jóvenes cordobeses que tuvieron que enfrentar una serie de dificultades para sostener las actividades educativas, conseguir/mantener el trabajo y preservar sus espacios de socialización. El aburrimiento, el cansancio y la ansiedad fueron las emociones que prevalecieron en este sector, teniendo mayor impacto entre las mujeres debido, principalmente, a la división de género y a las tareas domésticas que se producen al interior de la familia.
Los datos se desprenden de un estudio que analiza las condiciones de vida de 600 jóvenxs – 65% mujeres, 34% hombres, 1% otros géneros – de entre 14 y 22 años de la Ciudad de Córdoba y el Gran Córdoba, llevado a cabo por el Equipo de Investigación en Juventudes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC durante las dos primeras semanas de mayo. Si bien el 90,5% cuenta con acceso a internet por wifi en su vivienda, la desigualdad en el acceso y uso de dispositivos de forma individual provoca que casi la mitad de lxs encuestadxs tenga problemas para cumplir con las actividades educativas en la casa: sólo el 11,5% cuenta con una netbook de programa Conectar Igualdad y el 12% debe realizar sus tareas desde un celular (propio o de un familiar). La brecha social se pone en evidencia entre el 10% que no tienen acceso a internet: un 75% pertenece a sectores populares y un 25% a sectores medios.
En relación a la situación laboral, el desempleo afecta en mayor medida a las mujeres y a lxs jóvenes en situación socioeconómica vulnerable. Entre lxs que se encontraban trabajando antes de la cuarentena, el 64,2% indicó que no pudo seguir haciéndolo y que no está percibiendo los mismos ingresos que antes; mientras que sólo un 8% continuó realizando su actividad laboral desde su hogar. Además, un 27% trabaja de manera informal y un 4% lo hace de manera registrada. “La nula intervención estatal para acompañar a lxs jóvenes me parece algo a destacar, sobre todo en Córdoba que incluso el Estado se retiró, suspendiendo programas que lxs afectan directamente”, sostuvo Susana Andrada a Al Revés, una de las autoras del informe, en referencia a la suspensión de programas como el PPP, PIT, Pila y X Mí.
Con respecto los espacios de socialización y recreación, el estudio denuncia las escasas alternativas/respuestas hacia este grupo social que afronta casi desolado las inevitables consecuencias de la cuarentena. Antes, el 74,2% de lxs encuestadxs tenía actividades no escolares. Ahora, para el 78%, la realización de tareas escolares pasó a ser la principal actividad cotidiana, quedando en segundo lugar “ver redes sociales” y “ver videos o películas”. En este punto, lxs investgadorxs recordaron que en Córdoba “los Centros de Actividades Juveniles (CAJ), ‘cerraron’, no sostuvieron ninguna modalidad virtual de trabajo y sus trabajadores desconocen si habrá continuidad”.
El estudio concluye que lxs jóvenes “son puestxs en el lugar de receptores de las acciones adultas”. Son nombradxs en las quejas de docentes, padres, madres y estigmatizados en los medios de comunicación, sin que exista reconocimiento como “actores sociales”. “La participación, sus voces y propuestas deben estar presentes en aquello que se piense como salida de la cuarentena, tanto en la escuela, en el trabajo, la salud, y las acciones comunitarias barriales”, finaliza el informe realizado por Susana Andrada, Luis Arévalo y Consuelo González.